domingo, 27 de noviembre de 2016

Filosofía y el Arte de Filosofar

fermin toro
 


UNIVERSIDAD FERMÍN TORO
VICE-RECTORADO ACADÉMICO
  DECANATO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
DOCTORADO EN GERENCIA AVANZADA








Ensayo 2: Filosofía y el Arte de Filosofar





                                                                                          
                                                                                                             Facilitadora:
                                                                                              Dra. Candice Terán     
                                                                           
Participante:
Neida Simancas
V-11.194.705








Barinas, 18 de Noviembre de 2016



Filosofía y el Arte de Filosofar
Por: Neida Simancas
“Dudo, luego existo”
Descartes

Reflexionemos un poco respecto a la Filosofía. Empecemos por su significado. La filosofía tiene su origen en Grecia en el siglo VI A.C., proviene de dos voces de origen griego philein: amar, aspirar y sophia: sabiduría, que se traduce como “amor a la sabiduría” o “aspiración a la obtención de la sabiduría”. Esta ciencia trata de la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas, como resultado de un conjunto de ideas, pensamientos o reflexiones de algo que busca resolver los enigmas de este mundo. Así, el carácter de la humanidad, lo que el hombre es en su interior se revela más en la filosofía, en el arte y en la religión que en la ciencia; pero más en la filosofía que en el arte porque éste último trabaja en cosas exteriores.
Aunque la meditación filosófica pudiera comenzar en el exterior, termina en el interior del sujeto, que es la manera de perfeccionarse en su pensar, sentir y amar al tratar de conocerse internamente. De este modo, la filosofía nace del ser más íntimo del hombre y termina en él, a través de la práctica de la Virtud para dirigirse a la Verdad, siendo sus dos grandes axiomas. De allí vale preguntarse: ¿qué relación guarda la filosofía con las ciencias sociales?, ¿cuál es su objetivo y su objeto de estudio?, ¿cuál es su papel fundamental en la gerencia?, enfocándolo desde la estrecha relación existente entre la filosofía y los problemas actuales del hombre.
Desde el punto de vista de la filosofía, la realidad observada renace una y otra vez con cada filósofo, quien cuestionará todo e intentará volver al punto de partida de las cosas para volverlo a pensar, reflexionar sobre ello y buscar tener una mayor certeza. Por su parte, en la ciencia netamente como tal, no importan mayormente las opiniones personales de los hechos de la vida que el científico pudiera tener ni la subjetividad, sino que lo que al final importa es el resultado; en tanto que en la filosofía valen más los ideales, los gustos, las preferencias y las preocupaciones por las cosas.
A raíz de ello, se puede decir que el principio y el fin de la filosofía es el humanismo, la esencia del hombre en su ser interior, enfatizando el modo particular de vida del hombre, donde predomina la espontaneidad, el estilo de vida y la forma como piensa, siente y valora las cosas. Por tanto, no se puede separar la filosofía del hombre que la crea, siendo en sí una experiencia de vida donde se plantean cuestiones de fondo analizando y acoplando las condiciones del mundo, del arte, del juicio, la justicia, de la ética y de la moral del ser humano, para lo cual Platón consideraba que el hombre debería conocerse a sí mismo donde el estudio principal del hombre debería ser su propia alma.   
En los tiempos de los griegos, la filosofía y la ciencia eran consideradas una, pero en el Renacimiento se separaron, lo que ocasionó que en la misma cultura griega posteriormente la filosofía vino a ser considerada como la sabiduría misma, el principio, el arjé. En tanto que con Platón se inicia el estudio de la filosofía desde el doxa, opinión, o saber que tenemos sin haberlo buscarlo y el episteme, ciencia, saber que tenemos porque lo hemos buscado; es así como a partir del siglo XVII el campo de dominio de la filosofía comenzó a ramificarse desprendiéndose de allí las Ciencias Particulares, con sus respectivos objetos de estudio y métodos, afianzándose en el siglo XVIII donde la filosofía dejó ramas enteras del saber en manos del método científico para la búsqueda del conocimiento de las cosas por sus causas, como sucedió con las Ciencias Sociales, viendo así que la filosofía que empieza con el estudio del ser humano en su totalidad pasa a desprenderse en ciencias particulares quedando en la filosofía solo la ontología (estudio del ser en lo general) y la gnoseología (estudio del conocimiento en general).
En la mitad del siglo XX se generaron cambios en los fundamentos de la ciencia afectando su contenido y definición apareciendo la epistemología, conduciendo a una aceptación más amplia de la visión del contenido científico. A través de lo que la filosofía empieza a ser entendida en su carácter de epistemología crítica, que puede ayudar al investigación científico de la acción humana a fundamentar la propia disciplina que practica y a enmarcarla dentro de la cultura y de la sociedad misma. Pudiéndose de este modo señalar de qué manera las Ciencias Sociales forman parte de las ciencias factuales y de qué modo estas forman parte de una cultura intelectual; y de esta forma mostrar cómo los componentes de dicha cultura intelectual como la tecnología y la ideología son esquemas que señalan a las Ciencias Sociales sus límites, designando así si estas ciencias existen por sí o como una actividad social, específicamente llevada a cabo por los científicos sociales.       
Donde la relación entre la filosofía y las Ciencias Sociales puede vislumbrarse en el momento en que el filósofo de las Ciencias Sociales podría ayudar al investigador social a considerar la comunidad no como un conjunto de ideas, actitudes, normas y valores en abstracto, sino como un sistema de personas, de seres humanos pensantes que adoptan actitudes y normas y sobre todo que las evalúan.
Filosóficamente aparecen justamente las Ciencias Sociales en este marco, como un sistema social donde los individuos empeñados en aprender la acción humana, aprehenden primero el sentido de la relación humana de unos para con los otros como investigadores y todos para con el resto de la sociedad entendida como una realidad concreta. Teniendo presente que las relaciones humanas que no se fundan en la aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia, no son relaciones sociales ya que los seres humanos no somos siempre sociales; lo somos en la dinámica de las relaciones de aceptación mutua, pues sin aceptaciones de relaciones mutuas no somos sociales.
Pudiera suceder que la filosofía no fuera escuchada por el científico social y que éste mantuviera los fundamentos de la ciencia que practica, no obstante también puede suceder que éste esté abierto a escuchar y familiarizarse con los planteamientos filosóficos sobre las Ciencias Sociales, logrando de esta manera una simbiosis paradigmática entre estos dos campos complementarios, centrándose en el estudio del ser humano y de sus acciones.    
Encontrándose que la importancia de la filosofía, dentro de su propia existencia como una ciencia ha servido como componente sobre el que se han construido el resto de ciencias de estudios, guardando especial relación con las Ciencias Sociales, donde producto de una serie de revoluciones científico técnicas han generado cambios en estas ciencias, conduciendo a que la filosofía asuma varios papeles fundamentales al respecto: 1) fundamentación: al analizar y escrutar los fundamentos mismos y los supuestos con los que trabaja la ciencia; 2) totalización: al ir incorporando nuevas hipótesis y nuevas teorías y desde ahí ir revisando una visión del mundo y de su conocimiento; 3) la filosofía reconduce la investigación por lo que se hace imprescindible para ella. Por otra parte, el filósofo necesita de la ciencia y de la contrastación para saber si sus hipótesis y totalización tienen algún grado de validez, de coherencia interna y de racionalización sobre los hechos. Así la ciencia es con respecto a la filosofía, lo mismo que la técnica es con respecto a la ciencia.
De lo anterior se desprende que la filosofía tiene como objetivo principal llegar y llevar a un entendimiento de las cosas respecto a algo, para concretar en un dialecto entendible, en la aplicación del amor a la sabiduría como lo entendían los antiguos griegos, quienes se preguntaban de materias como el entendimiento, el conocimiento, la moral, la verdad y la justicia, pero también pudiera ser interpretar la realidad, el mundo, el entorno o conocer al ser humano en sus diversas acciones. Aspectos estos universales y primordiales que atañen al ser humano desde la conciencia de su propia existencia en el mundo y que conllevan a la búsqueda de la verdad o a una búsqueda del conocimiento para acercarse a la realidad de una manera más auténtica.
Vale destacar que una cosa es el objetivo de la filosofía y otra su objeto de estudio. En cuanto al objeto de estudio se conoce que nunca ha sido el mismo a lo largo de la historia de la filosofía; según la corriente filosófica el objeto cambia y se establece que no es dado sino que se descubre. Veamos el punto de vista de algunos filósofos que han abordado el objeto de la filosofía:
1) Para Aristóteles, el objeto de la filosofía es el saber que recae sobre el ente; 2) según Locke, busca estudiar el origen, la certeza y alcance del conocimiento del hombre; 3) Hegel propone que su objeto es la esencia de las cosas, no los fenómenos sino la cosa en sí, así como el pensamiento mismo; 4) Kant considera que el saber recae sobre el objeto; 5) Comte se enfoca en los hechos científicos; 6) para Dilthey el saber filosófico es la vida; 7) Zubiri considera que el objeto propio es el ente en cuanto al ente; 8) por su parte Heidegger piensa que el objeto de la filosofía es el ser puro; 9) finalmente, Cicerón asume que su objeto es la enseñanza de la virtud, el deber y la vida recta.
De las posturas señaladas se puede deducir que los objetos de la filosofía pueden ser objetos reales, objetos irreales, objetos metafísicos. En fin, todo lo que existe, todo lo que no existe y todo lo que puede existir. Lo que conlleva a considerar que en términos generales la filosofía tiene un objeto propio de análisis y estudio, como puede ser Dios, el alma, el hombre, el espacio, el tiempo, el conocimiento, los pensamientos, la vida, la muerte, la realidad, la apariencia, entre otros.   
Esto nos lleva a reflexionar sobre la historia de la filosofía y los nuevos problemas del hombre, en el aspecto que la esencia del hombre, y el sentido de su existencia tanto en el pasado como en el presente genera problemas antropológicos que penetran en su existencia y que obliga al estudio del problema del hombre y la manera para afrontarlo como lo expone la antropología filosófica de Marx Sheler, evaluando al hombre desde una idea unitaria pero que con el paso del tiempo Michel Focault propone fragmentar el estudio del hombre apoyándose en las diferentes ciencias; todo ello debido a que el hombre siempre trata de comprender por qué ocurren los fenómenos que observa y la filosofía ayuda a tener más pensamientos o conocimientos sobre la explicación de los fenómenos de la naturaleza, de la sociedad, y de todo lo que lo rodea.
A sabiendas que en este mundo tan acelerado y cambiante, producto de la industrialización sin límites que ha producido el cambio climático, el efecto invernadero y la excesiva contaminación que afecta al hombre, a lo que el hombre responde siempre buscando ir más allá de lo objetivo basando sus razonamientos en lo subjetivo, ocasiona que al tratar de llevar sus conocimientos a un punto de vista donde establezca una discusión consigo mismo, estará expuesto a las dudas, y a diario surgen dudas y problemas cuya forma de resolverlos es a través del razonamiento, ya que nuestra mente nos lleva a la problemática del por qué de las cosas, lo que se logra filosofando y dándole sentido a los pensamientos por medio de la reflexión para tener una mejor precisión de lo que es, aunque en algunas ocasiones se utilice la parte religiosa y espiritual para encontrar las razones, o incluso aplicando lo que en su tiempo Descartes supuso que es que se puede dudar de todo pero de lo que no se puede dudar es que se dude, encontrando a través de la duda la evidencia de la existencia.
Pero en este mundo transmoderno, junto a complejos movimientos económicos, sociales y culturales, se generaron también cambios en las ciencias y en la filosofía. Donde hoy a nivel de la Gerencia, el papel primordial de la filosofía basándose en su principio de justicia debe enfocarse a buscar soluciones de certeza frente a un mundo inestable; reconociendo y atacando el problema más agudo que enfrenta la humanidad como es la desigualdad social por medio de una distribución más equitativa, al evaluar sus consecuencias en el hombre, medidas por medio de sus impactos sociales, económicos, culturales pero también ambientales, sobre todo en países de América Latina como el nuestro, donde el mundo vive una extrema desigualdad humana, y donde cada cambio científico, social y cultural sufre un cambio de valores, implicando que no se puede prescindir de la ética.
Hoy día, a nivel gerencial podemos decir que son relevantes los siguientes ejes temáticos: conceptualización del poder, justicia, democracia, multiculturalismo, utopía, ética y política; en virtud que dentro de estos temas se encuentran la teoría de la igualdad y de la justicia que han ocupado a un importante sector de filósofos tanto de la antigüedad donde resalta Jhon Rawls, con su libro Teoría de la Justicia publicado en 1972; así como lo es en la actualidad Eduardo Sarmiento con su libro Filosofía ¿para qué? Desafíos de la filosofía en el siglo XXI. Signos filosóficos (2013), quien considera que la filosofía permite tomar conciencia del mundo por medio de la interrogación del mismo y ayuda a conocer la realidad desde la perspectiva y la complejidad, permitiendo plantear vías de solución a las problemáticas encontradas para la construcción de un mundo más justo y apto para vivir. 
Centrémonos ahora en lo que es el arte de filosofar, discerniendo un poco sobre algunos pensamientos filosóficos. En el momento en que la filosofía logra una simbiosis con la ciencia, uniéndose para el estudio profundo del hombre, adquiere un nuevo significado, como una actividad llevada a cabo por el ser humano, el filósofo, donde ya no se trata de la filosofía sino del arte de filosofar; contemplando el arte según Heidegger como el cuidado creador de la verdad en la obra, llegando a ser y acontecer de la verdad, cuya esencia del arte es el ponerse a la obra de la verdad; pero ¿qué es la verdad? Siguiendo el pensamiento de este filósofo, la verdad se refiere a la verdad del ser y no lo que se conoce normalmente con este nombre, que se le atribuye a modo de cualidad al conocimiento y la ciencia; en tanto que el filosofar es considerado como la reflexión encaminada en descubrir valores, que no son más que principios ideológicos y morales dentro de los que se conduce un individuo y una sociedad, pensando o meditando sobre algo con razonamientos filosóficos.
Veamos un poco al respecto en las siguientes expresiones:
1.    La célebre frase de Sócrates: “Solo sé que no sé nada”.
Sócrates con esta frase reconoce como filosofía que está consciente de su propia ignorancia; que su sabiduría no se basada en hacer conocimientos sobre algo, sino que tenía la voluntad de aprender cada día más porque el individuo no tiene la verdad absoluta sino que debe tener la disponibilidad y la voluntad de aprender y mejorar al adquirir conocimientos. Se sustenta a través del método Socrático, donde el propio Sócrates buscaba llegar a la verdad a través del diálogo haciendo preguntas a los interlocutores para que ellos mismos se dieran cuenta en sus conclusiones que no sabían nada al respecto o que sabían muy poco. Con ésta frase, se separa el ignorante del sabio, en virtud que el ignorante cree saberlo todo y tener la razón en todo, en tanto que el sabio reconoce que aún tiene mucho que aprender porque cada tema puede ser analizado desde distintos puntos de vista.
2.    La frase de Marcos Fidel Barreras: “Ser o no ser no es dilema, pues en términos del ser solo se es. El dilema estriba en determinar qué es lo que se es… cuando corresponde”.    
En esta frase encontramos un pensamiento que encierra toda una corriente filosófica que enfrenta al hombre consigo mismo dentro del existencialismo, con una visión personal de lo que para cada uno de nosotros contienen estos pensamientos y qué de ellos encontramos en nosotros y en nuestro entorno, a manera de describir un poco que creemos que somos, que pretendemos ser o que aparentamos ser cuando corresponda una situación dada en medio de nuestra percepción de la realidad; enfrentándonos con nuestras dudas, nuestras verdades, nuestros sentidos, nuestros secretos, nuestros temores, nuestras indecisiones e indefiniciones y nuestras intenciones, lo que nos enfrenta a la búsqueda de respuestas ante el dilema, en lo que el ser alude a lo que somos y el no ser a lo opuesto, a lo que no somos ante las circunstancias presentadas.
3.    De acuerdo a la Libertad Humana de Agustín de Hipona, ¿qué propuesta en materia de Libertad Humana, pudiera resolver los problemas actuales de nuestro país?.
Agustín de Hipona considera como principio integrador de la vida del hombre en materia de la libertad humana, a la gracia divina que proviene de Dios. Planteando la idea de que el hombre necesita de la gracia de Cristo para restaurar su naturaleza herida sin que ello implique quitarle su libre albedrío. El hombre en la gracia encuentra la capacidad para vencer el pecado, fuente de todos los males, siendo persuadido del atractivo del sumo Bien.
Dada la situación económica, social, cultural, política y en general en nuestro país, la necesidad de hablar del papel de la gracia divina en la vida del hombre debe estar presente en todo momento. Dejando Hipona dentro de sus enseñanzas: 1) la libertad lleva al hombre a obrar bien y no poder obrar mal, pero una vez caído en el pecado el hombre necesita de la fe que es una gracia (don divino gratuito) que Dios concede a quien quiere; 2) la verdadera libertad es también la piadoso servidumbre en la obediencia a la Ley; 3) la gracia es necesaria para no errar, lo cual es una de las cosas más importantes que quienes dirigen los destinos de Venezuela debieran contemplar; 4) la auténtica libertad solo es alcanzada a través de la gracia, que asegura al hombre su libertad sobre el pecado y la seguridad de hacer el bien; aunque puede darse el caso del hombre orgulloso que se atribuye a sí mismo el alcanzar su felicidad sin necesitar de la gracia divina, dejando a un lado la frase aquella de que: Si el Hijo los libera, seréis verdaderamente libres
De lo que se desprende que para el logro de la felicidad que es el fin último de cada persona, alcanzada a través de su plena libertad humana, no debemos fiarnos del hombre, de los que ven la liberación del hombre de su total autonomía desprendida de la gracia de Dios, sustentada en su propia soberbia, sino apoyarnos en la fe en Dios y no apartarnos de su corazón, estando cada vez más cerca de Él para conseguir la verdadera libertad deseada. Debe destacarse que existe la necesidad urgente de devolverle al venezolano la empatía que en muchos casos ha perdido por el otro, estando frente a una situación que busque enfrentar la generación de conciencias, el desarrollo de la sensibilización, la reflexión, la convivencia humana; a sabiendas que no hay mucho espacio ni tiempo para todo lo que sea contrario a este propósito, donde lo que para el hombre es imposible, para Dios es posible, dado su infinito amor por el ser que creó.       
4.    De Savater (1992) Política para Amador. “Una sociedad sin conflicto no sería sociedad humana, sino un cementerio o un museo de cera”.
De aquí se puede decir, que toda sociedad requiere de conflictos, en ella tienen que darse los conflictos porque vivimos seres reales, diversos, con iniciativas propias, intereses y pasiones. El enfrentamiento o conflictos de unos contra otros no son más que respuestas a la importancia que tienen los demás para nosotros, porque nos tomamos en serio unos con los otros, porque le damos importancia a la vida en común que llevamos en sociedad y no como individuos aislados y separados de la misma; la raíz de todos los conflictos es porque los demás nos importan y nos preocupamos por ellos, de allí la razón de ayudarnos y colaborar unos con los otros.
En la medida que vamos creciendo en números, se incrementan las posibilidades de los conflictos, que acompañan indisolublemente la vida en sociedad, la cual sería un espacio muerto y sin vida sin los conflictos, lo que expresa lo necesariamente sociables que somos; porque nuestros deseos se parecen demasiado entre sí; nuestros intereses colisionan unos contra otros; debido a que consideramos enemigos a los distintos y perseguimos a los que nos enfrentan y todo ello conlleva a vivir en sociedad bajo principios de sociabilidad.          
Cualquier conflicto o enfrentamiento no es malo por sí, debido a que los conflictos permiten que las sociedades avancen, se transformen, se inventen y por ende no se estanquen. Lo que no se debe permitir es que esos conflictos se vayan a los extremos y nos llevan a guerras y a otros males mayores. Aquellos que no se preocupan por la sociedad sino que son asociales e individualistas así como aquellos que hacen de los afanes de la vida, del dinero y del poder sus principios de vida son los que conllevan a distorsionar lo que es vivir en sociedad. Si no se involucran en el accionar de la sociedad o se involucran sólo en sus intereses personales sin procurar servir a la sociedad que los sirve, harán de ésta un espacio sin vida, un lugar muerto comparable a un cementerio o un museo de cera.    
Finalmente, se puede decir que la filosofía revela al hombre en su totalidad; tiene que ver más con el hombre que con las demás cosas externas; desde el punto de vista gerencial, tiene por objeto el conocimiento y el perfeccionamiento del hombre en busca de una actitud humana más justa; el filósofo siempre vuelve al punto de partida para tener una idea del sentido de la existencia; por último puede decirse que su finalidad en sí es el estudio del hombre pero también dado que el mundo está sufriendo una severa crisis se requiere de una urgente reflexión filosófica que tenga el cometido de pensar en la figura del mundo y buscar establecer un diálogo con las ciencias para lograr una salida posible.


Referencias
García, A. (2009). Libertad y Gracia en San Agustín de Hipona. Universidad de Cantabria. http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/35548/1/201402CAF214(2009)-15.pdf [Consulta: 16-11-2016].

Heidegger, M. (1984). Caminos de Bosque. Alianza Editorial, S.A., Madrid. De la Traducción de Helena Cortés y Arturo Leyte. https://joaocamillopenna.files.wordpress.com/.../163022101-heidegger-martin-camino [Consulta: 13-11-2016].

Sarmiento, E. (2013). Filosofía ¿para qué? Desafíos de la filosofía en el siglo XXI. Signos filosóficos. http://www.scielo.org.mx  [Consulta: 13-11-2016].

Savater, F. (1992). Política para Amador. Editorial Ariel S.A. Barcelona. http://www.iesseneca.net/iesseneca/IMG/pdf/fernando_politica_para_amador.pdf
[Consulta: 14-11-2016].