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UNIVERSIDAD FERMÍN TORO
VICE-RECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE
INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
DOCTORADO EN GERENCIA AVANZADA
Ensayo
2: Filosofía y el Arte de Filosofar
Facilitadora:
Dra. Candice Terán
Participante:
Neida Simancas
V-11.194.705
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Barinas,
18 de Noviembre de 2016
Filosofía
y el Arte de Filosofar
Por:
Neida Simancas
“Dudo, luego existo”
Descartes
Reflexionemos un poco
respecto a la Filosofía. Empecemos por su significado. La filosofía tiene su origen
en Grecia en el siglo VI A.C., proviene de dos voces de origen griego philein:
amar, aspirar y sophia: sabiduría, que se traduce como “amor a la sabiduría” o “aspiración
a la obtención de la sabiduría”. Esta ciencia trata de la esencia, las
propiedades, las causas y los efectos de las cosas, como resultado de un
conjunto de ideas, pensamientos o reflexiones de algo que busca resolver los
enigmas de este mundo. Así, el carácter de la humanidad, lo que el hombre es en
su interior se revela más en la filosofía, en el arte y en la religión que en
la ciencia; pero más en la filosofía que en el arte porque éste último trabaja
en cosas exteriores.
Aunque la meditación
filosófica pudiera comenzar en el exterior, termina en el interior del sujeto, que
es la manera de perfeccionarse en su pensar, sentir y amar al tratar de
conocerse internamente. De este modo, la filosofía nace del ser más íntimo del
hombre y termina en él, a través de la práctica de la Virtud para dirigirse a
la Verdad, siendo sus dos grandes axiomas. De allí vale preguntarse: ¿qué
relación guarda la filosofía con las ciencias sociales?, ¿cuál es su objetivo y
su objeto de estudio?, ¿cuál es su papel fundamental en la gerencia?,
enfocándolo desde la estrecha relación existente entre la filosofía y los
problemas actuales del hombre.
Desde el punto de vista de
la filosofía, la realidad observada renace una y otra vez con cada filósofo,
quien cuestionará todo e intentará volver al punto de partida de las cosas para
volverlo a pensar, reflexionar sobre ello y buscar tener una mayor certeza. Por
su parte, en la ciencia netamente como tal, no importan mayormente las
opiniones personales de los hechos de la vida que el científico pudiera tener
ni la subjetividad, sino que lo que al final importa es el resultado; en tanto
que en la filosofía valen más los ideales, los gustos, las preferencias y las
preocupaciones por las cosas.
A raíz de ello, se puede
decir que el principio y el fin de la filosofía es el humanismo, la esencia del
hombre en su ser interior, enfatizando el modo particular de vida del hombre,
donde predomina la espontaneidad, el estilo de vida y la forma como piensa,
siente y valora las cosas. Por tanto, no se puede separar la filosofía del
hombre que la crea, siendo en sí una experiencia de vida donde se plantean
cuestiones de fondo analizando y acoplando las condiciones del mundo, del arte,
del juicio, la justicia, de la ética y de la moral del ser humano, para lo cual
Platón consideraba que el hombre debería conocerse a sí mismo donde el estudio
principal del hombre debería ser su propia alma.
En los tiempos de los
griegos, la filosofía y la ciencia eran consideradas una, pero en el
Renacimiento se separaron, lo que ocasionó que en la misma cultura griega
posteriormente la filosofía vino a ser considerada como la sabiduría misma, el
principio, el arjé. En tanto que con
Platón se inicia el estudio de la filosofía desde el doxa, opinión, o saber que tenemos sin haberlo buscarlo y el episteme, ciencia, saber que tenemos
porque lo hemos buscado; es así como a partir del siglo XVII el campo de
dominio de la filosofía comenzó a ramificarse desprendiéndose de allí las
Ciencias Particulares, con sus respectivos objetos de estudio y métodos,
afianzándose en el siglo XVIII donde la filosofía dejó ramas enteras del saber
en manos del método científico para la búsqueda del conocimiento de las cosas
por sus causas, como sucedió con las Ciencias Sociales, viendo así que la
filosofía que empieza con el estudio del ser humano en su totalidad pasa a
desprenderse en ciencias particulares quedando en la filosofía solo la
ontología (estudio del ser en lo general) y la gnoseología (estudio del
conocimiento en general).
En la mitad del siglo XX se
generaron cambios en los fundamentos de la ciencia afectando su contenido y
definición apareciendo la epistemología, conduciendo a una aceptación más
amplia de la visión del contenido científico. A través de lo que la filosofía
empieza a ser entendida en su carácter de epistemología crítica, que puede
ayudar al investigación científico de la acción humana a fundamentar la propia
disciplina que practica y a enmarcarla dentro de la cultura y de la sociedad
misma. Pudiéndose de este modo señalar de qué manera las Ciencias Sociales
forman parte de las ciencias factuales y de qué modo estas forman parte de una
cultura intelectual; y de esta forma mostrar cómo los componentes de dicha
cultura intelectual como la tecnología y la ideología son esquemas que señalan a
las Ciencias Sociales sus límites, designando así si estas ciencias existen por
sí o como una actividad social, específicamente llevada a cabo por los
científicos sociales.
Donde la relación entre la
filosofía y las Ciencias Sociales puede vislumbrarse en el momento en que el
filósofo de las Ciencias Sociales podría ayudar al investigador social a
considerar la comunidad no como un conjunto de ideas, actitudes, normas y
valores en abstracto, sino como un sistema de personas, de seres humanos
pensantes que adoptan actitudes y normas y sobre todo que las evalúan.
Filosóficamente aparecen justamente
las Ciencias Sociales en este marco, como un sistema social donde los
individuos empeñados en aprender la acción humana, aprehenden primero el
sentido de la relación humana de unos para con los otros como investigadores y
todos para con el resto de la sociedad entendida como una realidad concreta. Teniendo
presente que las relaciones humanas que no se fundan en la aceptación del otro
como un legítimo otro en la convivencia, no son relaciones sociales ya que los
seres humanos no somos siempre sociales; lo somos en la dinámica de las
relaciones de aceptación mutua, pues sin aceptaciones de relaciones mutuas no
somos sociales.
Pudiera suceder que la
filosofía no fuera escuchada por el científico social y que éste mantuviera los
fundamentos de la ciencia que practica, no obstante también puede suceder que
éste esté abierto a escuchar y familiarizarse con los planteamientos
filosóficos sobre las Ciencias Sociales, logrando de esta manera una simbiosis
paradigmática entre estos dos campos complementarios, centrándose en el estudio
del ser humano y de sus acciones.
Encontrándose que la
importancia de la filosofía, dentro de su propia existencia como una ciencia ha
servido como componente sobre el que se han construido el resto de ciencias de
estudios, guardando especial relación con las Ciencias Sociales, donde producto
de una serie de revoluciones científico técnicas han generado cambios en estas
ciencias, conduciendo a que la filosofía asuma varios papeles fundamentales al respecto:
1) fundamentación: al analizar y escrutar los fundamentos mismos y los
supuestos con los que trabaja la ciencia; 2) totalización: al ir incorporando
nuevas hipótesis y nuevas teorías y desde ahí ir revisando una visión del mundo
y de su conocimiento; 3) la filosofía reconduce la investigación por lo que se
hace imprescindible para ella. Por otra parte, el filósofo necesita de la
ciencia y de la contrastación para saber si sus hipótesis y totalización tienen
algún grado de validez, de coherencia interna y de racionalización sobre los
hechos. Así la ciencia es con respecto a la filosofía, lo mismo que la técnica
es con respecto a la ciencia.
De lo anterior se desprende
que la filosofía tiene como objetivo principal llegar y llevar a un
entendimiento de las cosas respecto a algo, para concretar en un dialecto
entendible, en la aplicación del amor a la sabiduría como lo entendían los
antiguos griegos, quienes se preguntaban de materias como el entendimiento, el
conocimiento, la moral, la verdad y la justicia, pero también pudiera ser
interpretar la realidad, el mundo, el entorno o conocer al ser humano en sus
diversas acciones. Aspectos estos universales y primordiales que atañen al ser
humano desde la conciencia de su propia existencia en el mundo y que conllevan
a la búsqueda de la verdad o a una búsqueda del conocimiento para acercarse a
la realidad de una manera más auténtica.
Vale destacar que una cosa
es el objetivo de la filosofía y otra su objeto de estudio. En cuanto al objeto
de estudio se conoce que nunca ha sido el mismo a lo largo de la historia de la
filosofía; según la corriente filosófica el objeto cambia y se establece que no
es dado sino que se descubre. Veamos el punto de vista de algunos filósofos que
han abordado el objeto de la filosofía:
1) Para Aristóteles, el
objeto de la filosofía es el saber que recae sobre el ente; 2) según Locke, busca
estudiar el origen, la certeza y alcance del conocimiento del hombre; 3) Hegel propone
que su objeto es la esencia de las cosas, no los fenómenos sino la cosa en sí,
así como el pensamiento mismo; 4) Kant considera que el saber recae sobre el
objeto; 5) Comte se enfoca en los hechos científicos; 6) para Dilthey el saber
filosófico es la vida; 7) Zubiri considera que el objeto propio es el ente en
cuanto al ente; 8) por su parte Heidegger piensa que el objeto de la filosofía
es el ser puro; 9) finalmente, Cicerón asume que su objeto es la enseñanza de
la virtud, el deber y la vida recta.
De las posturas señaladas se
puede deducir que los objetos de la filosofía pueden ser objetos reales,
objetos irreales, objetos metafísicos. En fin, todo lo que existe, todo lo que
no existe y todo lo que puede existir. Lo que conlleva a considerar que en
términos generales la filosofía tiene un objeto propio de análisis y estudio,
como puede ser Dios, el alma, el hombre, el espacio, el tiempo, el
conocimiento, los pensamientos, la vida, la muerte, la realidad, la apariencia,
entre otros.
Esto nos lleva a reflexionar
sobre la historia de la filosofía y los nuevos problemas del hombre, en el
aspecto que la esencia del hombre, y el sentido de su existencia tanto en el
pasado como en el presente genera problemas antropológicos que penetran en su
existencia y que obliga al estudio del problema del hombre y la manera para
afrontarlo como lo expone la antropología filosófica de Marx Sheler, evaluando
al hombre desde una idea unitaria pero que con el paso del tiempo Michel
Focault propone fragmentar el estudio del hombre apoyándose en las diferentes
ciencias; todo ello debido a que el hombre siempre trata de comprender por qué
ocurren los fenómenos que observa y la filosofía ayuda a tener más pensamientos
o conocimientos sobre la explicación de los fenómenos de la naturaleza, de la
sociedad, y de todo lo que lo rodea.
A sabiendas que en este mundo
tan acelerado y cambiante, producto de la industrialización sin límites que ha
producido el cambio climático, el efecto invernadero y la excesiva
contaminación que afecta al hombre, a lo que el hombre responde siempre buscando
ir más allá de lo objetivo basando sus razonamientos en lo subjetivo, ocasiona
que al tratar de llevar sus conocimientos a un punto de vista donde establezca
una discusión consigo mismo, estará expuesto a las dudas, y a diario surgen
dudas y problemas cuya forma de resolverlos es a través del razonamiento, ya
que nuestra mente nos lleva a la problemática del por qué de las cosas, lo que
se logra filosofando y dándole sentido a los pensamientos por medio de la
reflexión para tener una mejor precisión de lo que es, aunque en algunas
ocasiones se utilice la parte religiosa y espiritual para encontrar las
razones, o incluso aplicando lo que en su tiempo Descartes supuso que es que se
puede dudar de todo pero de lo que no se puede dudar es que se dude,
encontrando a través de la duda la evidencia de la existencia.
Pero en este mundo
transmoderno, junto a complejos movimientos económicos, sociales y culturales,
se generaron también cambios en las ciencias y en la filosofía. Donde hoy a
nivel de la Gerencia, el papel primordial de la filosofía basándose en su
principio de justicia debe enfocarse a buscar soluciones de certeza frente a un
mundo inestable; reconociendo y atacando el problema más agudo que enfrenta la
humanidad como es la desigualdad social por medio de una distribución más
equitativa, al evaluar sus consecuencias en el hombre, medidas por medio de sus
impactos sociales, económicos, culturales pero también ambientales, sobre todo
en países de América Latina como el nuestro, donde el mundo vive una extrema
desigualdad humana, y donde cada cambio científico, social y cultural sufre un
cambio de valores, implicando que no se puede prescindir de la ética.
Hoy día, a nivel gerencial
podemos decir que son relevantes los siguientes ejes temáticos:
conceptualización del poder, justicia, democracia, multiculturalismo, utopía,
ética y política; en virtud que dentro de estos temas se encuentran la teoría
de la igualdad y de la justicia que han ocupado a un importante sector de
filósofos tanto de la antigüedad donde resalta Jhon Rawls, con su libro Teoría de la Justicia publicado en 1972;
así como lo es en la actualidad Eduardo Sarmiento con su libro Filosofía ¿para qué? Desafíos de la
filosofía en el siglo XXI. Signos filosóficos (2013), quien considera que
la filosofía permite tomar conciencia del mundo por medio de la interrogación
del mismo y ayuda a conocer la realidad desde la perspectiva y la complejidad,
permitiendo plantear vías de solución a las problemáticas encontradas para la
construcción de un mundo más justo y apto para vivir.
Centrémonos ahora en lo que
es el arte de filosofar, discerniendo un poco sobre algunos pensamientos
filosóficos. En el momento en que la filosofía logra una simbiosis con la
ciencia, uniéndose para el estudio profundo del hombre, adquiere un nuevo
significado, como una actividad llevada a cabo por el ser humano, el filósofo,
donde ya no se trata de la filosofía sino del arte de filosofar; contemplando
el arte según Heidegger como el cuidado creador de la verdad en la obra,
llegando a ser y acontecer de la verdad, cuya esencia del arte es el ponerse a
la obra de la verdad; pero ¿qué es la verdad? Siguiendo el pensamiento de este
filósofo, la verdad se refiere a la verdad del ser y no lo que se conoce
normalmente con este nombre, que se le atribuye a modo de cualidad al
conocimiento y la ciencia; en tanto que el filosofar es considerado como la
reflexión encaminada en descubrir valores, que no son más que principios
ideológicos y morales dentro de los que se conduce un individuo y una sociedad,
pensando o meditando sobre algo con razonamientos filosóficos.
Veamos un poco al respecto
en las siguientes expresiones:
1. La
célebre frase de Sócrates: “Solo sé que
no sé nada”.
Sócrates con esta frase
reconoce como filosofía que está consciente de su propia ignorancia; que su
sabiduría no se basada en hacer conocimientos sobre algo, sino que tenía la
voluntad de aprender cada día más porque el individuo no tiene la verdad
absoluta sino que debe tener la disponibilidad y la voluntad de aprender y
mejorar al adquirir conocimientos. Se sustenta a través del método Socrático,
donde el propio Sócrates buscaba llegar a la verdad a través del diálogo
haciendo preguntas a los interlocutores para que ellos mismos se dieran cuenta
en sus conclusiones que no sabían nada al respecto o que sabían muy poco. Con
ésta frase, se separa el ignorante del sabio, en virtud que el ignorante cree
saberlo todo y tener la razón en todo, en tanto que el sabio reconoce que aún
tiene mucho que aprender porque cada tema puede ser analizado desde distintos
puntos de vista.
2. La
frase de Marcos Fidel Barreras: “Ser o no
ser no es dilema, pues en términos del ser solo se es. El dilema estriba en
determinar qué es lo que se es… cuando corresponde”.
En esta frase encontramos un
pensamiento que encierra toda una corriente filosófica que enfrenta al hombre
consigo mismo dentro del existencialismo, con una visión personal de lo que
para cada uno de nosotros contienen estos pensamientos y qué de ellos
encontramos en nosotros y en nuestro entorno, a manera de describir un poco que
creemos que somos, que pretendemos ser o que aparentamos ser cuando corresponda
una situación dada en medio de nuestra percepción de la realidad;
enfrentándonos con nuestras dudas, nuestras verdades, nuestros sentidos,
nuestros secretos, nuestros temores, nuestras indecisiones e indefiniciones y
nuestras intenciones, lo que nos enfrenta a la búsqueda de respuestas ante el
dilema, en lo que el ser alude a lo que somos y el no ser a lo opuesto, a lo
que no somos ante las circunstancias presentadas.
3. De
acuerdo a la Libertad Humana de Agustín de Hipona, ¿qué propuesta en materia de
Libertad Humana, pudiera resolver los problemas actuales de nuestro país?.
Agustín de Hipona considera
como principio integrador de la vida del hombre en materia de la libertad
humana, a la gracia divina que proviene de Dios. Planteando la idea de que el
hombre necesita de la gracia de Cristo para restaurar su naturaleza herida sin
que ello implique quitarle su libre albedrío. El hombre en la gracia encuentra
la capacidad para vencer el pecado, fuente de todos los males, siendo
persuadido del atractivo del sumo Bien.
Dada la situación económica,
social, cultural, política y en general en nuestro país, la necesidad de hablar
del papel de la gracia divina en la vida del hombre debe estar presente en todo
momento. Dejando Hipona dentro de sus enseñanzas: 1) la libertad lleva al
hombre a obrar bien y no poder obrar mal, pero una vez caído en el pecado el
hombre necesita de la fe que es una gracia (don divino gratuito) que Dios
concede a quien quiere; 2) la verdadera libertad es también la piadoso
servidumbre en la obediencia a la Ley; 3) la gracia es necesaria para no errar,
lo cual es una de las cosas más importantes que quienes dirigen los destinos de
Venezuela debieran contemplar; 4) la auténtica libertad solo es alcanzada a
través de la gracia, que asegura al hombre su libertad sobre el pecado y la
seguridad de hacer el bien; aunque puede darse el caso del hombre orgulloso que
se atribuye a sí mismo el alcanzar su felicidad sin necesitar de la gracia
divina, dejando a un lado la frase aquella de que: Si el Hijo los libera, seréis verdaderamente libres.
De lo que se desprende que
para el logro de la felicidad que es el fin último de cada persona, alcanzada a
través de su plena libertad humana, no debemos fiarnos del hombre, de los que
ven la liberación del hombre de su total autonomía desprendida de la gracia de
Dios, sustentada en su propia soberbia, sino apoyarnos en la fe en Dios y no
apartarnos de su corazón, estando cada vez más cerca de Él para conseguir la
verdadera libertad deseada. Debe destacarse que existe la necesidad urgente de
devolverle al venezolano la empatía que en muchos casos ha perdido por el otro,
estando frente a una situación que busque enfrentar la generación de
conciencias, el desarrollo de la sensibilización, la reflexión, la convivencia
humana; a sabiendas que no hay mucho espacio ni tiempo para todo lo que sea
contrario a este propósito, donde lo que
para el hombre es imposible, para Dios es posible, dado su infinito amor
por el ser que creó.
4. De
Savater (1992) Política para Amador. “Una
sociedad sin conflicto no sería sociedad humana, sino un cementerio o un museo
de cera”.
De aquí se puede decir, que toda
sociedad requiere de conflictos, en ella tienen que darse los conflictos porque
vivimos seres reales, diversos, con iniciativas propias, intereses y pasiones. El
enfrentamiento o conflictos de unos contra otros no son más que respuestas a la
importancia que tienen los demás para nosotros, porque nos tomamos en serio
unos con los otros, porque le damos importancia a la vida en común que llevamos
en sociedad y no como individuos aislados y separados de la misma; la raíz de
todos los conflictos es porque los demás nos importan y nos preocupamos por
ellos, de allí la razón de ayudarnos y colaborar unos con los otros.
En la medida que vamos
creciendo en números, se incrementan las posibilidades de los conflictos, que acompañan
indisolublemente la vida en sociedad, la cual sería un espacio muerto y sin
vida sin los conflictos, lo que expresa lo necesariamente sociables que somos;
porque nuestros deseos se parecen demasiado entre sí; nuestros intereses
colisionan unos contra otros; debido a que consideramos enemigos a los
distintos y perseguimos a los que nos enfrentan y todo ello conlleva a vivir en
sociedad bajo principios de sociabilidad.
Cualquier conflicto o
enfrentamiento no es malo por sí, debido a que los conflictos permiten que las
sociedades avancen, se transformen, se inventen y por ende no se estanquen. Lo
que no se debe permitir es que esos conflictos se vayan a los extremos y nos
llevan a guerras y a otros males mayores. Aquellos que no se preocupan por la
sociedad sino que son asociales e individualistas así como aquellos que hacen
de los afanes de la vida, del dinero y del poder sus principios de vida son los
que conllevan a distorsionar lo que es vivir en sociedad. Si no se involucran
en el accionar de la sociedad o se involucran sólo en sus intereses personales
sin procurar servir a la sociedad que los sirve, harán de ésta un espacio sin
vida, un lugar muerto comparable a un cementerio o un museo de cera.
Finalmente, se puede decir
que la filosofía revela al hombre en su totalidad; tiene que ver más con el
hombre que con las demás cosas externas; desde el punto de vista gerencial,
tiene por objeto el conocimiento y el perfeccionamiento del hombre en busca de
una actitud humana más justa; el filósofo siempre vuelve al punto de partida
para tener una idea del sentido de la existencia; por último puede decirse que
su finalidad en sí es el estudio del hombre pero también dado que el mundo está
sufriendo una severa crisis se requiere de una urgente reflexión filosófica que
tenga el cometido de pensar en la figura del mundo y buscar establecer un
diálogo con las ciencias para lograr una salida posible.
Referencias
García,
A. (2009). Libertad y Gracia en San
Agustín de Hipona. Universidad de Cantabria. http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/35548/1/201402CAF214(2009)-15.pdf [Consulta: 16-11-2016].
Heidegger,
M. (1984). Caminos de Bosque.
Alianza Editorial, S.A., Madrid. De la Traducción de Helena Cortés y Arturo
Leyte. https://joaocamillopenna.files.wordpress.com/.../163022101-heidegger-martin-camino [Consulta: 13-11-2016].
Sarmiento,
E. (2013). Filosofía ¿para qué? Desafíos
de la filosofía en el siglo XXI. Signos filosóficos. http://www.scielo.org.mx [Consulta: 13-11-2016].
Savater,
F. (1992). Política para Amador.
Editorial Ariel S.A. Barcelona. http://www.iesseneca.net/iesseneca/IMG/pdf/fernando_politica_para_amador.pdf
[Consulta:
14-11-2016].